20 de diciembre de 2013

La Línea Marítima Ziguinchor - Dakar

A las 10 de la mañana Badou y su primo me llevaban en su embarcación de fibra con motor fuera borda de 40hp. hacia Elinkine. Esa mañana amaneció con fuerte viento que hizo que navegásemos algo lento para no mojarnos pues íbamos contra del viento.
En 20min. llegamos, pero antes tuvimos que detenernos en el muelle de los militares para dar conocimiento que nos estábamos desplazando por el entorno. Todas las embarcaciones han de pasar el visto bueno de los militares. Las leyes de navegación son bastante estrictas en Senegal, principalmente en la obligación de llevar chaleco flotante toda persona que suba a una embarcación pequeña.
Una vez en tierra y tras despedirme de mis amigos, un Jakarta (mototaxi) me llevó hasta la gare de Elinkine, que no es otra cosa que un habitáculo donde se espera por los vehículos que circulan a diferentes lugares. Los taxis compartidos que van a Oussouye o a Ziguinchor (1.500cfa), están parados al borde de la carretera. Tras una hora de trayecto llegamos a esta capital de la región de Baja Casamance que se extiende a lo largo del río Casamance, distinguida por sus edificios coloniales y amplias avenidas. Fundada por los portugueses en 1645, fue la primera ciudad africana en la costa oeste del continente y desde el s.XVIII convertida en centro comercial muy próspero. Es el punto de partida del ferry que se dirige a Dakar cada dos días (tarda entre 14 y16 horas de travesía). Ya lo había visto pasar a primera hora de la mañana mientras desayunaba en el Campament Badji Kunda. Podía estar más tranquilo porque sabía que... barco había!.
mento
Me quedé en el hotel Le Perroquet (11.000-19.000cfa), "un clásico" junto al río Casamance, a pocos metros del muelle. Las habitaciones muy limpias, tienen baño, cama doble con mosquitera, un patio interior ajardinado, un amplio restaurante con Wifi y con vistas panorámicas al río, los manglares y los pescadores que con sus barcas hacen del lugar una delicia por un poco más de dinero -comparado con los demás hoteles baratos de los alrededores-. Al no quedarles vacía ninguna habitación sencilla, tuve que coger la doble (13.000cfa), en la planta alta, con balcón privado y vistas al río. No es barato comer o beber aquí aunque los restaurantes locales cerca del muelle y los puestos de comidas callejeros es la opción económica.
Ziguinchor es una ciudad amplia muy tranquila, llena de arena y polvo, algunos edificios coloniales muy abandonados y varios mercados muy activos, con gente muy atenta y educada, contentos de su pasado. Su diseño es como en todas las ciudades coloniales africanas: el casco antiguo es rodeado de edificios recientes como oficinas, bancos y administraciones, y, finalmente, una gran conglomerado de pintorescos barrios de chozas de barro (Lindiane, Soukoupapaye o Bourofaye) pertenecientes a comunidades étnicas y socialmente organizadas como en todos los pueblos.
En el distrito Nema, a pocos minutos en taxi (500cfa.) se encuentra el vibrante mercado Saint-Maur-des-Fosses, un edificio muy característico, bañado en aromas atrayentes de vainilla, jengibre, nuez moscada, canela, repleta de puestos de pescado, verduras, legumbres, frutas tropicales como la papaya, el mango, la piña, la guayaba, tiendas con una amplia selección de telas de vivos colores, cestas, cerámica, perlas, joyas… y desfile de gente con sus "boubous" de todos los colores.
Un poco más allá se encuentra “el poblado de los artesanos”, un deteriorado conjunto pequeñas tiendas donde los sastres realizan sus trabajos en coloridas telas africanas y artistas de todo tipo ofrecen sus obras esculpidas in situ como estatuas de madera, artículos de cuero, joyería y cestería.
El centro cultural de la Alianza franco-senegalés se encuentra muy cerca y se caracteriza por exposiciones de artista locales, espectáculos, una pequeña biblioteca y centro de reunión donde es posible beber algo en su bar-restaurante sentado en su relajante patio. Orientado a la diversidad cultural y lingüística del país, acoge cada año más de 50 espectáculos, conciertos, teatro, danza y una veintena de conferencias y encuentros con autores de Senegal y de otros países.
Caminar tranquilamente por esta zona hasta el centro de la ciudad (30min.) da una visión integral de la vida cotidiana de sus vecinos.
Por la noche, en el Perroquet se oye la enorme cantidad de pelícanos que están posados sobre los árboles junto al hotel, también los grillos y algunas motoras que pasan cerca. El equilibrio y el sosiego en este lugar es asombroso.