3 de diciembre de 2013

La orilla Norte del río Gambia

Los lunes le corresponde a Wassu su día grande de Mercado (Lumu). Así que, a las 8:30 tras tomar el desayuno en el albergue tomé el camino de vuelta hasta la carretera principal, llegando al mercado treinta minutos mas tarde. Este Lumu, junto con el de Farafeni, es de los más importantes pues hasta aquí se acercan infinidad de paisanos de todos los alrededores, incluso de Senegal y Mauritania. Se pueden ver Fulas, Yolas (o Diolas), Wolof, mauritanos, y por supuesto, Mandikas.
Es apabullante, desmesurado y colorido, la disposición de los puestos están juntos unos a otros, los pasillos por donde la gente avanza son estrechos haciéndolos por momentos complicados de transitar sin ser al menos empujado "un poco". Los que no consiguen puesto entre las estacas de madera habilitadas para poner toldos, ya que la “solajera” y el calor son tremendamente fuertes, se ubican sobre el suelo e improvisan como puede un mostrador para el género, ya sea sobre cajas de cartón, de madera o sobre un colorido mantel de plástico o un batik. Se vende como en cualquier mercadillo africano, de todo.
La parte que corresponde a los animales también es muy movida, vendiéndose vacas, toros, cabras o mulas. Los hombres, como sucede siempre en estos negocios tratan de acordar durante un buen rato el precio a pagar por su animal escogido. Las transacciones suceden una tras otra. El movimiento de animales es constante, y de dinero. Algunos pagan en CFAs. Aquí la gente es muy amable, curiosa y preguntona.
Tras la "batida" en busca de acción, me dirigí a coger transporte para seguir mi plan de viaje.
El parking de los vehículos estaba hasta los topes debido al continuo fluir de visitantes pero las salidas no eran tan seguidas. Así que, al observar la aparición nuevamente de la GTSC, no lo pensé ni un momento. Recogí las mochilas que había dejado en una tienda y rápidamente acudí a la "guagua verde" pues me parece la forma de viajar más segura por Gambia -casi nunca se rompen-, y ahora hacia Georgetown (15d.) y más concretamente a Janjan Bureh Camp, otro campamento a orilla del río Gambia. Tras treinta minuto de suave recorrido, con sus correspondientes paradas, por una carretera en perfecto estado -continúo recorriendo la rivera norte del río Gambia-, la guagua paró junto al trasbordador que atraviesa el río hacia la isla McCarthy donde se encuentra Georgetown.. Un poco antes, un camino de tierra y arena conduce hasta el campamento.
Es amplio pero básico, bajo una inmensa arboleda, dispone de chozas redondas de estilo mandinka, de cemento, cama doble con mosquitero, baño interior, con velas porque no tienen electricidad (300d.), ventanas con malla anti-mosquitos, techo de chapa corrugada y rafia, zona de parking y un amplio comedor-terraza al borde del río con vista a G.T. y al bosque tropical que llega hasta la orilla. Las comidas varían entre 100d.- 250d. (buffet si hay algún grupo de turistas) y la cena se sirve con luz de vela. Los ruidos de la selva al anochecer producidos por los animales que habitan muy cerca hace encantador el momento. Una vez concluida la cena, igualmente cuando hay espectadores, los trabajadores del complejo suelen hacer bailes y cantes tradicionales -de ínfima calidad-, junto a una hoguera -que de paso aprovechan para quemar toda la basura que han barrido o recogido ese día-. Al final pasan el "cepillo", supongo porque el jefe no les paga esa actividad.
Durante el desayuno la situación se puede complicar "simpáticamente" ya que hay que tener mucho cuidado con los monos que acuden a robar el pan, las frutas y todo lo que pillen si no se presta la atención adecuada.
El campamento realiza excursiones por el río de muy distinta índole: para observar aves, visitar las islas del Parque Nacional, navegar entre las orillas en busca de vida animal... Sus dos embarcaciones de dos plantas son enormes, y algo ruidosa, capaz de llevar hasta 20 pasajeros.
Toda esta zona es ahora uno de los destinos ecoturísticos más importantes de Gambia ya que muchas áreas están cubiertas de bosque tropical, extensos arrozales, plantaciones de palmas de aceite, acacias, matorrales, y las orillas de sus islas son ideales para la pesca o la observación de su flora y su fauna donde insisten que se pueden ver, con un poco de suerte, los hipopótamos o los cocodrilos (Isla Kai Hai). Hay un montón de especies de aves que se puede observar aquí y sus verdaderos amantes priorizan visitar la Comunidad forestal Tankandama o el Parque Forestal Kunkilling situado en la orilla sur, en el poblado Kerr Serekunda donde se suelen congregar los Rascones buceadores africanos, Halcones de cuello rojo, Cucales senegaleses, Chorlitos de cabeza negra, Cálaos de pico rojo, Palomas Vinaceas, Tórtolas Adamadas
Pasar a la otra orilla en trasbordador (5d.) es cuestión de esperar que lo llenen los cuatro vehículos que caben, mientras el pasaje espera sentado a la sombra que eso suceda. En 5min. se cruza.
Pasear por GeorgeTown se hace al principio algo agobiante debido a los jóvenes, que ya desde la embarcación se acercan a los turistas con sus falsas sonrisas e innumerables preguntas. Todo para conseguir dinero ya sea como guía -que no lo veo mal ya que se están buscando la vida-, para  "ayudar" al equipo de fútbol -inexistente-, el supuesto familiar que necesita medicinas (?).... La cuestión es sacar dinero de cualquier manera. La suerte es que no son tan pesados como en las zonas turísticas de playa. Con decirle en varias ocasiones que no hay dinero para pagarles es suficiente.
Aunque todavía se puede ver algunos edificios de la época colonial que se remonta a los s.XIX y s.XX en estado precario -sus paredes se desmoronan con el paso del tiempo- son un recordatorio visible de la  trata de esclavos que tuvo lugar en esta zona del país, como el antiguo Mercado de Esclavos o el Árbol de la Libertad Sooto Foroyaa, del que dicen que cualquier esclavo que lograra tocarlo se le concedía su libertad, situado dentro de una plazoleta amurallada y custodiado por varios guías locales. Aunque puede que todo sea algo de invención para conseguir ser de los principales centros turísticos.
La residencia del comisionado, el mercado local, almacenes, oficina de correos… son testigos del enorme movimiento económico de la época colonial.
Se puede comer en los Chop Shops (bar local) a precios local, pero en ocasiones algo inflado por ser toubab, aunque no mucho tampoco.
Hoy en día la economía de la ciudad se basa principalmente en el cultivo del maní, plátano y el arroz cosechado por los agricultores locales musulmanes, (mandinkas, fulanis y Wolofs)) en las zonas periféricas. Es la segunda ciudad administrativa y centro comercial de la región. 
El calor del medio día es agobiante, y no hay mejor opción que descansar a la sombra de algunas tiendas tomando alguna bebida refrescante.
Durante los tres días que me quedé, tampoco he podido coincidir con otros viajeros para compartir embarcación, así que decido continuar el trayecto hacia el Este, olvidándome definitivamente de seguir buscando oportunidades de navegar por el río Gambia. Más opciones las podré tener en Senegal donde también hay varios ríos con posibilidades de nuevas aventuras.